
madagascar
Ningún refugio seguro: cómo cocinar en casa puede ser fatal
Un informe que acaba de publicarse en The Lancet Planetary Health, «Contaminación y salud: reporte de avance», reveló que la contaminación fue responsable de 9 millones de muertes prematuras globales en 2019. La contaminación del aire, incluida la derivada de la quema de carbón y leña para calentarse y cocinar presente en el interior de las viviendas, causó casi tres cuartas partes (74%) de estas muertes. En Madagascar, se estima que una de cada diez personas muere cada año por la contaminación del aire en los ambientes interiores.
Cada mes, Voahirana Ramantsiloina, de Ampitatafika Atsimondrano, en las afueras de Antananarivo, la capital de Madagascar, lleva a su hijo de 8 años al médico para que le revisen los pulmones. «Tiene problemas debido al humo del carbón vegetal con el que cocinamos. Cuando corre, cuando juega, tiene dificultades para respirar», dice. «Desde que es pequeño, he tenido que llevarlo a los médicos para que le traten los pulmones. Al principio le dolía mucho y lloraba, pero ahora se ha acostumbrado. Me siento muy mal como madre, viéndole pasar por todo eso».
Como la mayoría de las personas en Madagascar, Voahirana no tiene más alternativa que cocinar con carbón o leña. Pero este acto cotidiano conlleva un precio tremendamente alto: el riesgo de enfermedad grave y muerte.
«Tiene problemas debido al humo del carbón vegetal con el que cocinamos. Cuando corre, cuando juega, tiene dificultades para respirar”, – Voahirana Ramantsiloina
«El humo es completamente negro cuando cocinamos con carbón Mimosa, es muy denso», explica Voahirana. «No puedes respirar si te quedas en la misma habitación que el fogón, te dan dolores de cabeza y mareos. Puedes abrir algunas ventanas o la puerta, pero aun así es imposible respirar bien. Casi todas las familias se enfrentan a lo mismo».
Un daño doméstico
Rila Albani, del Ministerio de Ambiente y Bosques de Madagascar, describe que el país se enfrenta a una amenaza «alarmante» de contaminación en ambientes interiores, que se está convirtiendo rápidamente en una prioridad nacional. Dice: «Madagascar es uno de los países más contaminados del África subsahariana… Hay muchos proyectos de investigación que se ocupan de la contaminación del aire exterior. Pero cuando se trata de la contaminación en ambientes interiores, hay muy pocos datos y muy poca investigación».
Se estima que alrededor del 11% de las personas que mueren en Madagascar cada año lo hacen a causa de la contaminación en ambientes interiores. Sin embargo, un asombroso 99% de los hogares malgaches utilizan carbón vegetal, leña y desechos de cultivos como combustible para cocinar.
Contaminación interior: Prioridad Nacional
Alrededor del 40% de las infecciones respiratorias en el país son causadas por la contaminación del aire en ambientes interiores. Esto incluye la neumonía, que puede ser mortal, especialmente para los niños. La contaminación en ambientes interiores también está asociada a ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cáncer, tuberculosis y cataratas.
«Madagascar es uno de los países más contaminados del África subsahariana… Hay muchos proyectos de investigación que se ocupan de la contaminación en el aire exterior. Pero cuando se trata de la contaminación en ambientes interiores, hay muy pocos datos y muy poca investigación». – Rila Albani, Ministerio de Ambiente y Bosques de Madagascar
Jean Benoit Manhes, Jefe Adjunto de la Oficina de UNICEF en Madagascar, apunta: «Las infecciones respiratorias agudas provocadas por la contaminación del aire y la diarrea, causada por la contaminación del agua, son las dos principales causas de muerte entre los niños de Madagascar. Las infecciones respiratorias agudas pueden adoptar varias formas, como la reducción de la capacidad respiratoria, que básicamente prepara el terreno para la neumonía u otras enfermedades. Puede causar tos fuerte e irritaciones pulmonares, lo que fragiliza la salud del niño».
La contaminación en el interior de las viviendas no sólo es devastadora para la salud. La recolección de madera para combustible está provocando una deforestación masiva; Madagascar está perdiendo sus bosques a razón de unas [https://gahp.net/wp-content/uploads/2019/07/Madagascar-HPAP_EN.pdf](40.000 hectáreas cada año). Esto y la contaminación que genera la quema de carbón y madera, contribuyen en gran medida al cambio climático a escala mundial.
Dinero y cultura
El uso generalizado del carbón vegetal y madera se debe a dos factores muy arraigados. En primer lugar, cocinar con estos combustibles se ha transmitido de generación en generación y forma parte de la identidad nacional de Madagascar.
«No es solo un problema ambiental o de salud, es un problema socioeconómico y también histórico, porque lleva aquí cientos de años… Está muy arraigado en la mentalidad y las costumbres del pueblo malgache”, nos cuenta Amenda. Zingelwa, coordinadora nacional de la Alianza Mundial sobre Salud y Contaminación (GAHP,) en Madagascar.
Pero la popularidad del carbón y la leña también se debe a razones económicas: «El tanque de gas GLP que se puede comprar cuesta entre 15 y 20 dólares, y dura hasta tres meses. Pero nadie tiene esa cantidad de dinero por adelantado», explica Amenda. «Por menos de 0,1 centavos de dólar, se puede comprar el carbón necesario para el día, o incluso para una comida. Y en Madagascar… todo el gasto es diario, no hay ahorros».
La contaminación es antigua
«No es solo un problema ambiental o de salud, es un problema socioeconómico y también histórico, porque lleva aquí cientos de años… Está muy arraigado en la mentalidad y las costumbres del pueblo malgache». — Amenda Zingelwa, coordinadora nacional de GAHP en Madagascar
La experiencia de Voahirana se hace eco de esto. «Si hubiera un plan que ofreciera una fuente de energía alternativa gratuita, o si tuviera el mismo precio que el carbón vegetal, lo probaríamos sin duda», comenta. «Preferiríamos la electricidad, pero no tenemos dinero par instalar nuestra propia red de suministro. «Lo que realmente deseamos es poder elegir entre la electricidad, la leña y el gas, pero simplemente no tenemos opción. Tenemos que usar lo que hay». Y agrega: «Tal vez las generaciones anteriores habrían dicho que de ninguna manera cambiarían a otras formas de cocinar. Sin embargo, hoy en día hay un cambio de mentalidad. ¿Dejar la leña y el carbón? Hay voluntad de cambiar. Pero el problema es el acceso a otros tipos de energía».
Falta de electricidad
La necesidad de soluciones autóctonas
Tiana Arimina, directora de la organización no gubernamental Hetsika Fampiraisana Kristiana ho an'ny Firenena (HFKF o Movimiento de Unidad Cristiana por la Nación), también cree que las ganas de cambio están creciendo. «La población ya no está dispuesta a enfermar», dice. «Pero, ¿cuáles son las mejores opciones, teniendo en cuenta las realidades de Madagascar?» Tiana cree que las «soluciones caseras» y la utilización de fuerzas influyentes en el país, como las iglesias y las mezquitas, son la clave para un cambio sostenible.
En Madagascar ya hay una serie de programas gestionados por organizaciones no gubernamentales que estimulan a cocinar con energías más limpias. Entre ellas se encuentran la energía solar y los «agrocombustibles», como la caña de azúcar o la cáscara de arroz, algo en lo que trabaja el HFKF. Hay varios planes de etanol, incluido uno dirigido por la Primera Dama, e iniciativas para cocinas de carbón vegetal que generan menos contaminación. Pero las complejidades del país hacen que ningún plan se haya llevado a cabo a gran escala.
Jean Benoit Manhes, de UNICEF, explica: «Hay muchas iniciativas de energía solar, pero para eso se necesita sol y no hay sol en todas partes. Es muy lento cocinar una comida con el sol, y se necesita espacio… Hay algunas iniciativas sobre el bioetanol, pero su producción es excesivamente compleja, teniendo en cuenta que Madagascar ya tiene dificultades para garantizar cultivos suficientes para alimentar a su propia población. No hay electricidad en Madagascar, salvo quizá en algunas zonas urbanas muy concretas, por lo que la gente no puede utilizar la electricidad para cocinar. Con el gas, hay que tener garrafas, hay que tener equipos para llenar esas garrafas. Hay que comprar una cocina que esté adaptada a esas garrafas, y luego hay que enviarlas a zonas muy remotas. Más del 42% de las aldeas de Madagascar no son accesibles durante todo el año, así que hay que tener una cadena de suministro muy compleja… Y es muy costosa para una población con un 82% de pobreza extrema».
«No hay electricidad en Madagascar, salvo quizá en algunas zonas urbanas muy concretas, por lo que la gente no puede utilizar la electricidad para cocinar». – Jean Benoit Manhes, UNICEF
Haciendo sonar la alarma
Lo que muchos creen que es esencial para alejar a Madagascar del carbón vegetal es una mayor concienciación a todos los niveles sobre los daños de la contaminación en ambientes interiores.
«Hay mucha gente que piensa… que la única contaminación que existe es la causada por el combustible, por los coches y camiones viejos. Efectivamente esa contaminación existe, pero es marginal comparada con el hecho de que casi todas las familias malgaches utilizan carbón vegetal dentro de su casa», explica Jean Benoit Manhes. «La primera prioridad es convencer a la gente de que este problema existe y todavía no lo hemos conseguido. UNICEF también trata de apoyar a los centros de salud para que atiendan a los niños afectados. Un aspecto positivo de la respuesta a la COVID es que hemos aumentado enormemente el acceso al oxígeno en los hospitales. Así que ahora también se pueden tratar los casos respiratorios más graves, lo que no ocurría antes».
Un plan con miras a 10 años
En octubre de 2021, el Ministerio de Medio Ambiente comenzó a asociarse con GAHP, UNICEF y la Organización Mundial de la Salud para elaborar una hoja de ruta de 10 años contra la contaminación. Esto ha surgido del Plan de Acción sobre Salud y Contaminación (HPAP, por sus siglas en inglés) del país (validado en 2018) que es un programa de la GAHP que reúne a áreas gubernamentales (ministerios), academia, sector privado y sociedad civil a fin de formar un grupo de trabajo que identifique los principales problemas de contaminación del país para centrarse en cómo afrontarlos.
«Lo realmente importante es que la hoja de ruta reúna a diferentes actores y sectores», destaca Rila Albani. «Proporcionará el marco de cómo queremos abordar todas las prioridades relacionadas con la contaminación. En Madagascar realmente no hay casi nada hecho al respecto, en el sentido de que hay que legislar y crear instituciones para controlar la contaminación. Está casi todo por hacer para poder responder y hacerle frente».
«Lo realmente importante es que la hoja de ruta reúna a diferentes actores y sectores». – Rila Albani, Ministerio de Ambiente y Bosques de Madagascar
Aunque la población en general es consciente de la relación que hay entre la contaminación en ambientes interiores y la mala salud, muchos malgaches aceptan la tos y otros problemas respiratorios como algo inevitable. Para combatir esto, el Gobierno de Madagascar tiene previsto llevar a cabo una campaña nacional de sensibilización sobre los vínculos entre la contaminación del aire, la salud y el ambiente.
«Estamos planeando una declaración pública del Presidente para dejar claro que esto es una prioridad nacional. Que la contaminación del aire está contribuyendo a las tasas de morbilidad y mortalidad del país de forma significativa y que esto tiene que cambiar», prosigue Rila Albani. «Queremos hacer de esto una prioridad nacional para que todos los demás ministerios integren la lucha contra la contaminación dentro de sus propios sectores y programas».
A pesar de los enormes desafíos que se avecinan, Rila confía en que una década será suficiente para marcar la diferencia. «Será posible hacer estos cambios en 10 años?; debe serlo», recalca. «Tenemos que cambiar las cosas».