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El cambio de actitud aumenta las esperanzas de que Azerbaiyán limpie la contaminación tóxica
El estudio «Lancet Planetary Health, Pollution and health: a progress report» (Contaminación y salud: un informe sobre los avances), recién publicado en The Lancet Planetary Health, concluye que todas las formas de contaminación combinadas causan más de 9 millones de muertes anuales, cifra que no ha cambiado desde 2015. Señala que solo unos pocos países de renta baja o media han sido capaces de hacer de la lucha contra la contaminación una prioridad dedicando recursos o han logrado avances para su control. Este parece ser el caso de Azerbaiyán, un antiguo centro industrial soviético que fabricaba químicos industriales y agrícolas y cuyo legado son cientos de vertederos de residuos químicos tóxicos. Sin embargo, ahora se han identificado muchos de estos lugares y se están llevando a cabo algunos trabajos de limpieza.
Rovshan Abbasov se toma la contaminación como algo personal. Originario de Azerbaiyán, creció en estrecho contacto con dos mundos: aun cuando era un niño participaba de la vida cotidiana en su aldea (ubicada en la antigua Unión Soviética) que incluía la pesada faena de participar en el cultivo algodón intensamente tratado con plaguicidas, en las vacaciones de verano respiraba el aire puro de las montañas y bebía leche y nata producida por los rebaños cercanos de ovejas.
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Dr. Rovshan Abbasov, coordinador de Pure Earth en Azerbaiyán, sosteniendo un tomate de nuevas plantaciones en el sitio de una playa remediada en Sumgayit |
«Pasaba los veranos en praderas interminables llenas de diferentes tipos de flores», escribe Rovshan en una entrada de blog. «Todos los días bebíamos leche de alta calidad, comíamos yogur y queso y vivíamos en un entorno absolutamente prístino. Todas las tardes ayudaba a los adultos a ordeñar nuestras ovejas. Después mi madre cocía la leche, la vaciaba en una olla muy grande y la tapaba. A la mañana siguiente tomábamos una crema muy rica… Estoy seguro de que nunca volveré a degustar ese maravilloso sabor». |
«Todos los días bebíamos leche de alta calidad, comíamos yogur y queso, y vivíamos en un entorno absolutamente prístino. … Estoy seguro de que nunca volveré a degustar ese maravilloso sabor».
Engañoso «oro blanco»
Irónicamente lo que se valoraba por encima de todo era la recolección del algodón. En Azerbaiyán se producía anualmente un millón de toneladas de algodón, conocido como «oro blanco» y participar en su cosecha era más importante que asistir a la escuela. Pero esa experiencia significaba algo más que faltar a clase, escribe Rovshan. «Algo que recuerdo muy vívidamente eran las avionetas que siempre veíamos sobrevolar a no más de 4-5 metros de altura. Muchos niños de mi edad y también los mayores se quedaban cerca del campo mirando los aviones con interés. Yo veía que de los aviones salía un polvo blanco con un terrible olor. A veces me dolía la cabeza después de oler el polvo. Más tarde supe que era el venenoso DDT».
Agrega Rovshan: “A los soviéticos les gustaba desarrollar industrias peligrosas en estados provinciales, como Azerbaiyán, que era un importante productor de plaguicidas COPs (contaminantes orgánicos persistentes)».
No es de extrañar pues, que en 2007 la ciudad de Sumgayit en Azerbaiyán situada en la costa del mar Caspio, fuera incluida en la lista de los lugares más contaminados del mundo. Según este informe, elaborado por el Instituto Blacksmith (más tarde conocido como Pure Earth), la ciudad albergaba más de 40 fábricas de químicos industriales y agrícolas conocidos por sus importantes impactos en la salud.
«Casi todos los pueblos de Azerbaiyán tenían un punto de distribución de plaguicidas, de DDT, porque los soviéticos necesitaban algodón», nos cuenta Rovshan en una reciente llamada por Zoom. «El DDT se prohibió en todo el mundo en 1978. En 1981 se prohibió en la Unión Soviética, pero todavía se utilizaba en Azerbaiyán. Fue el último país del mundo en dejar de usarlo».
El informe de 2007 señala: «Un estudio realizado conjuntamente por el PNUD, la OMS, el Ministerio de Salud de la República de Azerbaiyán y la Universidad de Alberta demostró que los residentes de Sumgayit experimentan niveles sumamente altos de morbilidad y mortalidad por cáncer. La tasa de cáncer en Sumgayit es entre un 22% y un 51% más altas que la incidencia media del resto de la antigua Unión Soviética. La tasa de mortalidad por cáncer es un 8% más alta. Un alto porcentaje de bebés nacen prematuros, mortinatos y con defectos genéticos como síndrome de Down, anencefalia, espina bífida, hidrocefalia y enfermedades óseas, con mutaciones como pie zambo, paladar hendido y cuatro o seis dedos en manos o pies».
Contaminación de los alimentos
El Plan de Acción sobre Salud y Contaminación (HPAP) de 2021 para Azerbaiyán señala: «Se han detectado altos niveles de sustancias químicas cancerígenas en alimentos como el pan y productos de pastelería y en la leche, huevos y pescado. También se encontraron altas concentraciones de HAPs (hidrocarburos aromáticos policíclicos) en peces y otras especies acuáticas. Sin embargo, hasta la fecha no existen planes de acción para detectar contaminantes tóxicos en los alimentos». (Varios tipos de HAPs y algunas mezclas específicas de HAPs se consideran sustancias químicas cancerígenas.)
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La playa remediada y alrededores en Sumgayit, 2021 |
En Azerbaiyán se desarrolló el HPAP, un programa de la Alianza Mundial sobre Salud y Contaminación (GAHP) que reúne a áreas gubernamentales (ministerios), académicos, sector privado y sociedad civil para formar un grupo de trabajo que identifique los principales problemas ambientales del país y estrategias para abordarlos.
Además de producir DDT, Azerbaiyán fue uno de los principales productores y usuarios de otros COPs (contaminantes orgánicos persistentes), como HCH, aldrín y dieldrín, según Pure Earth. «Las evaluaciones e inventarios confirman que durante el periodo soviético se utilizaron en Azerbaiyán unas 25.000 toneladas de DDT al año. Los COPs representan uno de los principales problemas de contaminación en Azerbaiyán. A pesar de los innumerables esfuerzos realizados, los sitios contaminados con COPs en Azerbaiyán siguen suponiendo un peligro para la salud humana».
A mediados de la década de 2000, Rovshan se había licenciado en geografía y su obsesión por entender porqué la gente decide contaminar la tierra lo llevo a crear el Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Khazar. Más tarde,antes de trabajar para GAHP, se convirtió en el coordinador de país para Pure Earth en Azerbaiyán.
«Las evaluaciones e inventarios confirman que durante el periodo soviético se utilizaron en Azerbaiyán unas 25.000 toneladas de DDT al año. Los COPs representan uno de los principales problemas de contaminación en Azerbaiyán. A pesar de los innumerables esfuerzos realizados, los sitios contaminados con COPs en Azerbaiyán siguen suponiendo un peligro para la salud humana».
Identificación de sitios tóxicos
En 2012, la ONG Pure Earth puso en marcha la versión azerbaiyana del Programa de Identificación de Lugares Tóxicos (TSIP, por sus siglas en inglés), formando a 15 personas, 8 de las cuales se convirtieron en investigadores de la ONG. Desde entonces, dice Rovshan, el proyecto ha identificado más de 130 lugares contaminados por plaguicidas y otras sustancias tóxicas. «Estoy muy satisfecho con el programa TSIP. Si no fuera por él, nunca tendríamos esta base de datos sobre contaminación. Sin embargo, aunque el programa haya finalizado, todavía queda mucho trabajo por hacer. En Azerbaiyán aun tenemos muchos focos de contaminación ocultos que contienen una amplia gama de sustancias químicas peligrosas: DDT, COPs, plaguicidas».
Aunque se puede hacer más para desenterrar los lugares tóxicos, se han dado pasos importantes para remediar los existentes como seguimiento del TSIP. Esta iniciativa comenzó en la notoria ciudad de Sumgayit, en 2015, su playa se había convertido en una de las zonas más contaminadas debido a que una planta química había construido una laguna de sedimentación industrial en sus proximidades.
«La fábrica bombeaba todos sus residuos industriales a este estanque, los dejaba sedimentar y luego trasladaba las aguas residuales a una instalación de tratamiento. Es una práctica bastante común», explica Petr Sharov, director regional de Pure Earth para la antigua Unión Soviética en esta entrada de su blog. «Pero cuando el sedimento tóxico que quedaba empezó a llenar el "estanque", los trabajadores simplemente lo sacaron y lo mezclaron con piedra caliza en un intento de neutralizarlo».
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El sitio de remediación cerca de una playa en Sumgayit fue una vez un área de eliminación de residuos de aguas residuales de la Planta de Síntesis Orgánica y la Planta de Etileno-Propileno de propiedad estatal, y lodos residuales de la producción de hidróxido de calcio. |
Dirigido por Pure Earth y la entidad propietaria del emplazamiento (la Azerikimya Joint Stock Company) el proyecto eliminó 804 m³ de suelo contaminado y lo depositó en un vertedero de residuos peligrosos. El nivel medio de contaminación presente en los 0,5 metros superiores del suelo se redujo en una media del 97%. A continuación se esparcieron por la zona más de 13.000 m³ de tierra limpia y abono orgánico, se plantaron unas 1.200 especies de árboles autóctonos y se instaló un sistema de riego por goteo. La zona es ahora un parque cercano a la playa.
Rehabilitación de un antiguo almacén
El trabajo no se detuvo en Sumgayit. En 2017-2018 se llevó a cabo la limpieza de un antiguo almacén de plaguicidas y fertilizantes en Salyan. En el lugar se encontraron unos 600 bidones metálicos en mal estado que contenían plaguicidas líquidos y unos 50 kg de Granozan, un plaguicida altamente tóxico a base de mercurio. También se desenterraron bolsas rotas con DDT. Pure Earth en colaboración con varios ministerios del gobierno de Azerbaiyán, la Comisión Europea y el sector privado realizaron la tarea de retirar más de 500 m³ de material contaminado del lugar.
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Para estabilizar el suelo arenoso limpio y evitar la erosión en Sumgayit, el equipo plantó de 10 a 15 especies de árboles y arbustos locales, incluidas granadas y uvas. |
Se adoptó un enfoque similar de base amplia para establecer el grupo de trabajo del Plan de Acción sobre Salud y Contaminación (HPAP, por sus siglas en inglés) en 2019 contándose con 19 miembros procedentes de 18 organizaciones, entre las que se encuentran representantes del gobierno, mundo académico y ONGs. Cuando se finalizó el Plan de Acción sobre Salud y Contaminación (HPAP, por sus siglas en inglés) en 2021, 8 de los 19 miembros del grupo de trabajo eran mujeres. Rovshan dice que la próxima prioridad es un estudio sobre los niveles de plomo en la sangre de los niños. A continuación, un proyecto multimillonario para remediar los lugares contaminados por COPs y la limpieza de los lagos contaminados por petróleo. La contaminación del aire también requiere atención urgente, añade.
A pesar de esa larga lista de tareas pendientes relacionadas con la contaminación, Rovshan es optimista. «Tenemos una comunidad de ecologistas mucho mayor que hace 10-15 años. Mucha gente se está interesando por los problemas ambientales. Cuando la gente se educa empieza a prestar atención a estos temas y entonces los políticos empiezan a ocuparse. Estoy muy contento de que los políticos sean cada vez más sensibles a este tipo de cuestiones».